sábado, 4 de agosto de 2012

VELOZMENTE COMPARTE LA PALABRA


Lectura del día: Salmos 147

Él envía su palabra a la tierra; Velozmente corre su palabra. (Salmos 147:15) 

Un amigo productor de T.V. estuvo de cumpleaños.  Me dio mucho trabajo elegir un regalo para él porque pensaba: “Ya debe tener mucho de esto, y aquello, y esto otro.  ¡Tiene de todo!”.  Entonces sentí como la voz de Dios en mi interior me decía: “¿Y la palabra de Dios… La tiene?”.  Luego me di cuenta de que seguramente todo lo material podía llegarle como regalo de cumpleaños, más no lo más importante para su vida: La palabra santa y alentadora de aquel que lo amaba más que nadie”.  
Así que me dirigí a una tienda de artículos cristianos y encontré una simple y sencilla taza ejecutiva de tomar café que decía:  “ CONFIANZA… Confía en el Señor con todo tu corazón… Proverbios 3:5”, además de una Biblia contada en forma de amenas historias, escrita por dos reconocidos autores cristianos.  Envolví gustosamente mi regalo y se lo dejé en la oficina.  Luego le pedí a la persona que le lleva el té o café que se lo sirviera siempre en esa taza (¡Osada!, ¿no?). 
El salmo 147 declara todas las grandezas y magnificencias de nuestro Dios y nos insta a alabarle por todos sus beneficios: reconstruye, restaura, cubre y venda heridas, extiende su mano a los pobres, da alimento aun a los animales, y se deleita y complace con los que le temen.  Entonces, ¿Por qué no compartirlo?  Pero algo interesante es que envía su palabra a la tierra y esta corre a toda prisa.  ¿Y qué de nosotros sus hijos?  ¿Hacemos correr su palabra a toda prisa por todos los medios que hay? 
 Es pertinente que hagamos correr la palabra de Dios.  Al hacerlo cumplimos con el mandato de la gran comisión y acercamos más el reino de Dios preparándonos para su venida.  Quizás pienses que las formas tradicionales son las únicas, como por ejemplo: el evangelismo personal, en la calle con tratados o predicando en la congregación, en la radio o televisión, pero podemos poner a correr la palabra a toda prisa a través de los regalos también, y si eres tímido para hablar, pues he ahí una buena oportunidad.  Jesús dijo que si aquellos llamados a proclamar su nombre callaran, aun las piedras clamarían (Lucas 19:40).
 Es un momento oportuno para que reflexionemos si estamos compartiendo las bondades de Dios y proclamando su nombre,  aun con los regalos que hacemos.  Hay una gran cantidad de hermosos y creativos presentes que podemos entregar, sin esperar incluso que haya una fecha especial.   En vez de gastar un dineral en algo que perece (porque me dí cuenta de que he regalado muchas tonterías), llevemos y hagamos correr la palabra; después de todo, lo que siembras en el corazón de aquellos que amas, es lo que verdaderamente permanecerá.  En el tiempo de la angustia y la prueba, en el tiempo del clamor, ellos se acordarán de esa palabra y habrá una oportunidad para alcanzarles para Cristo.  ¡Anímate!  Hay muchas cosas con las creativamente podemos dar a conocer el nombre de Dios todos los días, para llenar la tierra de su gloria y cubrirla como las aguas cubren la mar, para dar a conocer la alabanza y los atributos del Señor, tal como el salmista los proclamó. 

                                                                 !Bendiciones!

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