Lectura del día: Génesis 28
"Y llamó el nombre de aquel lugar Bet-el, aunque Luz era el nombre de la ciudad primero" (Gen. 28:19).
Dios había hecho una promesa a Jacob, a través
de un sueño. Había prometido que no lo dejaría solo y que
le iba a bendecir.
La Biblia dice que Jacob tuvo miedo. En tres circunstancias se habla del miedo de Jacob. Esta primera está relacionado al sueño de las escaleras en Betel, al reconocer que Dios estuvo allí.
¿Por qué tuvo miedo?
En este caso, creo que era un temor natural y reverente a la
presencia de Dios. Salmos 114:7 dice: "A la presencia de Jehová tiembla la tierra, a la presencia del Dios de Jacob". Una escalera es algo que conecta y
evidentemente el Señor estaba haciendo una conexión con Jacob.
Hoy en día el Señor utiliza una vía para
conectarse con los seres humanos, la cual es casa de Dios y puerta del cielo, llamada Iglesia, pero no solo me refiero al grupo de personas que la conforman (que es aplicable) sino al espacio físico destinado para la reunión del grupo. No obstante, hay muchas personas que tienen mucho miedo a este lugar. Hay temor reverente y hay temor de espanto. Hay personas que tienen miedo de la presencia de Dios, de que su poder les sea manifiesto.
Cristo es el camino y su iglesia es una escalera o vía que nos conecta. Dios no vino al lugar porque la tierra era sagrada sino que se hizo sagrada porque Dios vino a visitar a Jacob en sueños en aquel lugar. Bet-el significa "Casa de Dios"; Podemos notar que antes de la aparición en el sueño, era simplemente un "cierto lugar" (Verso 11) en el que Jacob decidió pernoctar porque ya se oscurecía y necesitaba dormir. Hasta ese momento este era un lugar común y corriente de la zona cuyo nombre anterior era "Luz", que dicho sea de paso significa "lugar de revelación". En esa tierra común y corriente, Dios se le revela y pasa a ser entonces Casa de Dios y puerta del cielo.
Dios habita en nuestros corazones y el corazón y la vida deben ser un Betel siempre, sin embargo, no todos los lugares que visitamos y en los que permanecemos nos ayudan a mantener una vida como un Betel. Solo la unidad con el cuerpo de Cristo, la iglesia, nos mantiene en un constante estado de comunión (Por lo menos ese es su trabajo permanente). ¿Se ha revelado Dios a tu vida? ¿Hay algún lugar en el que hayas sentido la presencia y el poder de Dios de forma genuina?
Yo agregaría que también la iglesia es el lugar donde puedes tener sueños visitados por Dios. Dice la Biblia que Jacob soñó y a través de ese sueño se le manifestó la gracia y la promesa de Dios. Hay muchas personas que andan soñando y soñando pero no dejan que sus sueños Dios los intervenga. ¿Qué sueñas para tu vida? ¿Cuáles son tus objetivos, tus deseos? ¿Están siendo tus sueños visitados o intervenidos por la presencia de Dios?
Es también en Betel donde se recibe una grande bendición. La promesa de Dios para Jacob se manifestó en ese lugar, así que él se levantó, ungió la piedra que utilizó de cabecera y la levantó por señal. Allí Jacob construyó un pequeño santuario como señal del pacto entre él y Dios. Jehová le dijo: "Te bendeciré y estaré contigo, te guardaré por dondequiera que fueres, no te dejaré". La iglesia es un lugar en donde podemos confirmar pactos con Dios. La presencia de Dios es manifiesta en todo y cualquier lugar, pero no siempre nos dejamos nosotros acompañar de ella.
Jacob exclamó: "Ciertamente Dios habita en este lugar y yo no me había dado cuenta" (Verso 16) y dice que tuvo miedo diciendo !Cuán terrible es este lugar! Pero no terrible por ser un lugar malo, sino que lo que quiso decir fue !Cuán imponente es este lugar! Así es la la casa de Dios: !Imponente! Por eso las puertas del Hades no prevalecerán en su contra (Mateo 16:18) y aún así hay personas que pasan por su frente o por sus puertas sin darse cuenta de que la presencia de Dios está allí; no lo saben.
Dios es quien edifica la iglesia por su visita y presencia en el lugar. Cristo es la piedra angular que edifica como lo dice el Salmo 118:22 y Mateo 21:42; y qué curioso que Jacob puso su cabeza precisamente sobre una piedra, la cual luego ungió y levantó, tal como Cristo fue ungido y levantado luego en la cruz del calvario como señal. No es tal curiosidad, sino que son los propósitos de Dios cumplidos a la perfección en una cronológica secuencia sin igual.
Entonces ¿Por qué tenerle miedo a la casa de Dios? ¿Por qué temerle a la manifestación de su presencia? Ojalá que el temor que esté en tu corazón sea aquel reverente y de reconocimiento de su poder que es el que da sabiduría y no propiamente de susto o cobardía, ya que ese miedo te aleja de su presencia, en la cual hay delicias y plenitud de gozo. Te invito a que puedas llegar a ese lugar, ese Betel, recostar tu cabeza en la piedra que es Cristo Jesús y conectarte con Dios. Levántate y sube a Betel, casa de Dios y puerta del cielo; de seguro que tienes una bien cerca.