Génesis 39:21
Cuando pasamos por
circunstancias dolorosas debemos aprender a llevar junto a nosotros un zafacón.
En ese zafacón hay que ir depositando todo aquello que nos hace sentir
ofendidos, tristes y traicionados. Usted podrá hacer todo lo posible por
el bienestar de una persona, podrá escucharle, estar a su lado en los momentos
de dificultad, aconsejarle, y muchas otras cosas para demostrar su entrega y
amor en esa relación, pero puede que un día salga sorprendido. Actuar con
justicia es difícil bajo circunstancias de presión.
José era sin duda
alguna un líder y el trabajo en el liderazgo es muy parecido al de un
encantador de serpientes: el encantador sabe que algún día será mordido,
por lo que tiene que guardar cerca un antídoto para aplicar la cura y seguir
hacia adelante. En Egipto, José pasó tiempos altos y bajos, sin embargo
perseveró y la bendición que Dios le trajo fue mucho más grande. De
seguro que José lloró y mucho, se sintió profundamente traicionado, pero a pesar
de todo continuó amando a sus hermanos.
Lograr continuar sanamente en la vida, a pesar de los momentos de dolor, solo se puede hacerse a través del perdón. Al depositar esas heridas y esos pensamientos de duda en las manos de nuestro Salvador, entonces podremos perdonar y Dios que es un juez justo traerá las bendiciones más grandes. En nuestra relación con las personas llegamos a niveles tan profundos que nos olvidamos de la fragilidad humana y empezamos a confiar más en las personas que en Dios y su Palabra, así que nuestra madurez se reflejará en la forma de aceptar cada situación. La gente no tiene la obligación de mostrarse agradecida, esa es su decisión, y lo ideal es que así fuese, pero nuestra vida no puede estar amarrada a los pensamientos de los demás. Así que si estás pasando por momentos tristes, si te encuentras en dificultades con aquellos que amas, ora al Señor y entrega esas cargas. Perdona y pide perdón y Dios traerá una bendición mucho más grande.
Lograr continuar sanamente en la vida, a pesar de los momentos de dolor, solo se puede hacerse a través del perdón. Al depositar esas heridas y esos pensamientos de duda en las manos de nuestro Salvador, entonces podremos perdonar y Dios que es un juez justo traerá las bendiciones más grandes. En nuestra relación con las personas llegamos a niveles tan profundos que nos olvidamos de la fragilidad humana y empezamos a confiar más en las personas que en Dios y su Palabra, así que nuestra madurez se reflejará en la forma de aceptar cada situación. La gente no tiene la obligación de mostrarse agradecida, esa es su decisión, y lo ideal es que así fuese, pero nuestra vida no puede estar amarrada a los pensamientos de los demás. Así que si estás pasando por momentos tristes, si te encuentras en dificultades con aquellos que amas, ora al Señor y entrega esas cargas. Perdona y pide perdón y Dios traerá una bendición mucho más grande.
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