Pero aun si sufrís por causa de la justicia, dichosos sois.
No os amedrenteis por temor a ellos ni os turbeis (1ra Pedro 3:14)
A lo largo de la historia los creyentes en Cristo han sido perseguidos. Es algo que no ha cesado. En el mundo hay más de 215 millones de cristianos que son perseguidos en niveles extremos, altos o medios. Según la revista Puertas Abiertas, una de cada doce cristianos en el mundo es perseguido de alguna manera. En la lista de países donde hay mayor persecución se encuentran Corea del Norte, Somalia, Afganistán, Pakistán, Sudán, Siria, Irak, Irán, Yemen, Eritrea, Libia, Nigeria, Maldivas, Arabia Sauí, India, Ubekistán, Vietnam, Kenia, Turkmenistán y Catar.
Pero del lado de occidente la persecución no es tan extrema como en estos países de Oriente. De los países de América solo México y Colombia aparecen en alguna posición entre los países donde se persigue de una manera más violenta a los cristianos.
Actualmente el mundo occidental vive otra forma de persecución. Yo le llamo una "fina persecución", porque no se lleva a cabo con armas, con saqueos o maltratos físicos; aunque pueden ocurrir casos, la mayor medida de persecución se encuentra dirigida hacia nuestros fundamentos. Mateo 10:22 dice "Y seréis odiados de todos por causa de mi nombre". Lucas 6:22, dice "Les colman de insultos y desechan vuestro nombre como malo, por causa del Hijo del Hombre".
El mundo está sufriendo una gran metamorfosis, vamos en vía a aquellos días de Noé, a los días de Lot. Hay una convulsión social que en cierta medida está afectando a la iglesia misma. Muchos toman el término de la "misericordia" para justificar acciones que van en contra de los fundamentos de la fe cristiana. Este acoso a los fundamentos lo podemos ver tácitamente en la descomposición social y en la intolerancia del mundo hacia lo moral. Hay una persecución mediática, política y social contra Cristo y los fundamentos de la iglesia, donde ya muchos encuentran esos cimientos que están depositados en la Santa Palabra de Dios como obsoletos. Por eso la iglesia firme de hoy debe tener la mirada bien puesta para no dejarse confundir.
Hay ciertos llamados a la libertad que no son puros, que tienen un componente detrás, guardado para confundir. Hay un ataque hacia lo moral, hacia los fundamentos de la unidad y la composición familiar. Hay un ataque hacia la educación en la fe, hay un ataque hacia los matrimonios, hacia la concepción y la vida. La iglesia está llamada a proclamar el respeto y la libertad para todos, está llamada a luchar por los intereses aun de las minorías que no son respetados, pero cuidado. Mucho cuidado con dejarnos arrastrar al llamado equivocado, mucho cuidado de pisar por donde pisan los liberales, tomando como pretexto el hecho de que debemos tener amor y misericordia. El amor y la misericordia se manifiesta en la atención y la ayuda al prójimo, en la aceptación de la persona para guiarle y no para aprobar todas sus confusiones, se manifiesta en ayudar a cubrir sus necesidades y en la búsqueda de su sanidad, pero no debe tomarse como amuleto para tolerar y permitir lo que Dios mismo no aprueba. En esa buena fe podemos perder la perspectiva y ser sorprendidos y utilizados de manera que los fundamentos que rigen la conducta cristiana sean arrasados. De esa manera también se persigue a la iglesia de hoy y lo peor es que hay gente infiltrada dentro de ella misma que busca cambiar lo que ya está establecido. Oremos por todos los perseguidos, oremos porque hay muchos países donde matan el cuerpo, pero también hay otros donde se matan los fundamentos.
https://www.puertasabiertas.org/persecucion/listamundial/
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