lunes, 31 de julio de 2017

¿DE QUÉ ERES ESCLAVO?

...Me ha enviado para vendar a los quebrantados de corazón, para proclamar libertad a los cautivos y liberación a los prisioneros.
Isaías 61:1



Hay una canción que me encanta.  Es una alabanza que dice "rompió mis cadenas, me dio vida nueva y al fondo del mar echó mi maldad... Solo en el nombre de Jesús hay libertad".  Me gusta oir la versión original y el grupo de alabanza de mi congregación lo interpreta fantástico.  Mientras canto las estrofas mi corazón se pregunta ¿qué me ata?  ¿de qué soy esclava? ¿Hay algo que me está impidiendo vivir una vida de libertad plena en Dios?

Aun conociendo la gracia redentora de Cristo podemos continuar amarrados a ciertas cosas.  Hay acciones o pensamientos que nos mueven y que logran captar todo nuestro esfuerzo y nuestra mayor atención.  Puede que seas prisionero de los tuyos, de ti mismo, prisionero de la moda, de la aprobación de otros, de las apariencias, prisionero del placer o esclavo del dinero. Pero si Dios me hizo libre y su sacrificio así lo sella, hay preocupaciones o acciones que no deberían tener cabida en mí como hijo o hija de Dios.

Si Cristo me hace libre ¿por qué tengo yo que depender de una acción o pensamiento contrario a lo que dice La palabra de Dios?  El asunto es que cualquiera puede pasar por esa situación.  A veces pensamos que los que no son cristianos, o los que sí lo son que poseen ministerios conocidos como los artistas o predicadores son vulnerables a esto, pero la verdad es que cualquiera puede caer en una prisión de presión.   Cuando nos mantenemos esclavos de ciertas acciones, conductas y pensamientos detenemos en cierta manera el proceso de la Santificación (Romanos 6:22).

¿Hay algo que te presiona, algo que te domina, que sientes que eso tiene que estar bajo control de lo contrario no serás visto como esperas?  Quiero animarte a soltarlo.  Sé libre.  Aquel que es libre en Cristo debe enrumbarse a vivir su vida para la eternidad.  No significa que no cumplamos nuestro rol aquí en la tierra (por algo y para algo Dios nos ha puesto aquí y no debemos perderlo de vista), pero es importante que recordemos cada día y lo repitamos si es posible cada mañana que "CRISTO TE HIZO LIBRE".    "Echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros" (1ra Pedro 5:7).

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