Siendo así las cosas, ¿Por qué aparecen en la Biblia esos
ejemplos de Sarah, Rebeca, Ana, etc., etc., etc., que hablan acerca de que Dios
da hijos si se pide con fe y a usted no le ha dado ninguno? ¿Qué podemos decir de
eso? Bueno, es probable que su caso diga a gritos que los relatos
bíblicos son una contradicción, pero quiero aclararle que no lo son. Dios es el
Dios de lo imposible y hace milagros. De hecho, se eso se trata la fe, de
esperar con certeza aquello que nuestros ojos no ven como si ya fuesen (Hebreos
11:1).
En mi
experiencia personal, para el año 2007 yo estaba embarazada de 7 meses.
Esta era mi cuarta niña. Usted me diría: pero como se va a quejar
si ya tiene tres; pero quiero aclararle que por lo menos en lo que a mí
concierne, el sentimiento de ilusión materno estuvo tan presente en esa bebé
como si hubiese sido la primera y cualquier mujer que haya experimentado una
pérdida similar me puede entender. El punto es que todo estaba listo para
recibir a “Ivanna” (nombre que íbamos a poner a la niña). Mi esposo, mis
hijas y yo teníamos toda la ilusión. Al principio, debo confesar que estaba
algo asustada por el hecho de que criar cuatro hijos no es cosa fácil, además
de estar trabajando secularmente nos encontrábamos pastoreando una
congregación, pero conforme fueron pasando los meses, la ilusión de salir a
pasear con cuatro niñas y de verme tan joven aún con 4 (esto me lo decían los
demás) me hacían sentir muy feliz. Pero esas ilusiones quedaron
frustradas cuando en agosto del 2007 súbitamente el corazón de Ivanna dejó de
latir. El dolor que esto me ocasionó y los sentimientos de
culpabilidad comenzaron a visitarme continuamente. Cuando me di cuenta
que algo andaba mal en mi vientre, además de acudir a mi médico, en mi corazón
se abrió un incansable ruego delante de Dios. Repetía una y otra vez:
«Señor, la hija de Jairo[1], la hija de Jairo, Señor. Salva a mi
hija. Tú puedes hacerlo. Tengo fe de que así será. Eso es lo
que Dioris y yo enseñamos siempre, además es lo que dice tu palabra. Por
favor, que todo esté bien, confío en ti Señor». Yo me encontraba sola en
aquella clínica porque mi esposo estaba en el interior realizando un trabajo,
así que llamé por teléfono a una hermana de la iglesia y mejor amiga, la cual
vino a acompañarme. A medida que avanzaba el doctor en la búsqueda
de los latidos de corazón de Ivanna, en esa misma medida mi corazón de iba
haciendo añicos. Fue terrible el momento cuando me dijo: «Lo siento, pero
no hay latidos. Debo hacerte una ecografía». A pesar de su
declaración mi esperanza se mantenía viva: tal vez estaba muy dormidita; tal
vez el estetoscopio estaba dañado, no sé, pero se me asomaron todos los tal
vez, esa negación por la que todas pasamos. Pero luego, llegó la
realidad. En aquella sala de sonografías, me encontraba con la terrible
noticia de que la niña había muerto por un paro cardiaco. Lo único que
pude hacer fue irrumpir en llanto. Solo tenía el abrazo de mi
amiga que junto a mi lloraba y repetía: «Lo siento tanto, lo siento».
Cuando
esto sucedió me pasé toda una semana en cama recibiendo las visitas de amigos,
familiares y hermanos de la congregación. Pero en esa ocasión vino
una persona que me dijo algo que me hizo comprender lo más importante de este
proceso. Deborah Climie es una misonera de la Alianza Cristiana y Misionera que llevaba junto a su esposo un
tiempo residiendo en la República. Ese día Deborah me trajo una libreta
muy bonita y un bolígrafo. Me djo: «Evelyn, debes escribir aquí todos los
sentimientos que te envuelven. Desahógate con Dios y escríbele todo lo
que esperabas departe de él y lo que esperabas de ti misma. Luego,
despídete de Ivanna. Es necesario que te despidas. Después vas a
ver que aun cuando lo que Dios permite no tiene una aparente razón, él siempre
tiene guardado un propósito, y tú sabes que así es». Hoy, al
escribir este testimonio, puedo encontrar esa razón. He
encontrado esa razón en todas las mujeres que me ha tocado consolar en momentos
difíciles. Increíblemente meses después, cuatro mujeres de mi
congregación pasaron por situaciones similares: dos con abortos espontáneos, una
con la muerte de su hijo, otra con la pérdida de un embarazo muy
avanzado al igual que yo.
Una vez
escuché el testimonio en el Club 700 de una chica llamada Heather
Millers, y ella decía que muchas veces quería pegarle un bibliazo en la cabeza a
los que siempre le repetían Romanos 8:28 como una manera de salir de ella con
una respuesta simple: «A los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a
bien». Esto es verdad, ¡y claro que lo es!, pero no siempre las personas
tienen la capacidad de recibirlo en el momento como tal; pero nosotros como
buenos cristianos, queremos dar respuestas que simplemente no tenemos.
¿Es tan difícil admitir que no lo sabemos todo? Hasta cierto punto, es
una manera de juzgar al decirle a la persona que está mal porque se siente
mal. Creo que es una forma de evadir nuestra responsabilidad y de darle
una respuesta para salir del paso a aquellos que padecen procesos de dolor.
El Dr. James
Dobson (Me gusta mucho leer sus obras porque son bastante realistas) en su libro:
Cuando lo que Dios hace no tiene sentido, hace una muy interesante
declaración: «habrá momentos en la vida de cada persona cuando las
circunstancias no tienen sentido, cuando nos parece que lo que Dios ha hecho no
tiene sentido. Este es un aspecto de la fe cristiana del cual no se habla
mucho. Tenemos tendencia a enseñarles a los nuevos cristianos las porciones de
nuestra teología que son atractivas a la mente secular: Dios te ama y tiene un
plan maravilloso para tu vida. Esa declaración es totalmente verdadera.
Sin embargo, da a entender que el creyente siempre comprenderá ese “plan
maravilloso”, y que lo aprobará. Le pido a la persona que se siente muy
afligida, cuyo corazón está quebrantado, y que se siente desesperada por
escuchar una palabra de estímulo, que me permita asegurarle que usted puede
confiar en el Señor de los cielos y de la tierra. Existe seguridad y descanso
en la sabiduría eterna de la Biblia. Usted verá que podemos confiar en el
Señor, aun cuando no entendamos lo que ÉL hace. Usted puede estar seguro de
esto: Jehová, el Rey de Reyes y Señor de Señores, no está caminando de un lado
a otro por los pasillos del cielo sin saber qué hacer acerca de los problemas
que existen en la vida de usted. El puso los mundos en el espacio. El puede
tomar en sus manos las cargas que le están agobiando. Y para comenzar dice:
“Estad quietos, y conoced que yo soy Dios” (Salmo 46:10)». [2]
Solo Dios
tiene las respuestas oportunas para las mujeres que pasan por el proceso de
infertilidad. Lo único que podemos hacer las personas como yo que nos
atrevemos a escribir sobre este asunto, es simplemente darle apoyo, esperanza,
consuelo y nuestra solidaridad en fe. Lo que va a ocurrir al final del
camino, solo Dios lo sabe.
A través de estos
procesos es mucho lo que Dios puede hacer y enseñarnos. Hay muchos
testimonios que así lo han expresado. A través de los procesos
difíciles muchas mujeres han encontrado el camino a Dios, el cual día a día va
renovando sus mentes conforme a sus misericordias, les enseña su palabra la
cual les da aliento, les ayuda a crecer y les muestra u fidelidad.
Gracias a la presencia de Dios en este peregrinar, muchas mujeres han podido
levantarse, y ni hablar de la manera en como Dios las ha usado para poder
ministrar a muchas otras que pasan por una situación similar. A través de
esas experiencias muchas mujeres son sanadas y consoladas. Muchas mujeres
son escuchadas en su dolor y hay momentos en los que es lo único que importa:
simplemente ser escuchadas con atención.
He aquí algunas promesas y
propósitos de Dios para la consolación:
§ Romanos
15:4: «Porque
las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a
fin de que por la paciencia y la consolación de las Escrituras, tengamos
esperanza».
§ 2
Corintios 1:4: «El cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para
que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación,
por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios».
§ Filipenses 2:1-2 «Por tanto, si hay alguna consolación en
Cristo, si algún consuelo de amor, si alguna comunión del Espíritu, si algún
afecto entrañable, si alguna misericordia, completad mi gozo,
sintiendo lo mismo, teniendo el mismo amor, unánimes, sintiendo una misma cosa»
§ Romanos 5: 1-5 «Justificados, pues, por la fe, tenemos paz
para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; por quien
también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y
nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios. Y no sólo esto, sino
que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación
produce paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba,
esperanza; y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido
derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado».
Querida
amiga, lo único que puedo decirte es que busques en Dios la paz y el descanso
que tu corazón necesita. Sabemos que no es fácil, de hecho, cuando
menos lo pienses van a volver esos pensamientos que no te dejan olvidar lo que
te sucede, pero lo cierto es que Dios está interesado en ti. El reverendo
Reuben Welch, ministro y autor de varios libros, dijo en una ocasión: «Con
Dios, aun cuando nada está ocurriendo, algo está ocurriendo». La
Biblia nos dice que Dios sabe de todas las cosas de las cuales tenemos
necesidad y nos pone un camino por el cual andar que consiste en Buscar el
reino de Dios: «Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia,
y todas estas cosas les serán añadidas» (Mateo 6:33). ¿Cuáles
cosas? Solo él lo sabe.
Anímate
a experimentar el amor de Dios, y su paz: «No se inquieten por nada; más bien,
en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle
gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus
corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús» (Filipenses 4:6-7).
Hay una
respuesta que no cambia y que no tiene sombra de variación: la respuesta
de Dios. ¡Sí! Así como lo ha leído. La respuesta de Dios para usted
se llama descanso, se llama paz. Por medio de la fe puesta en Dios,
usted podrá ser guiada con esperanza en vez de desilusión, con llenura en lugar
de vacío, con alegría en vez de tristeza, con aceptación en vez de rechazo, con
perdón en vez de culpabilidad, con paz en vez de tribulación, con libertad en
vez de opresión. Deseo de todo corazón
que Dios conceda los deseos de tu corazón, pero además deseo que te llene de su
paz y de su presencia.
[1] S.Marcos 5 :21-43
[2] Dr. James Dobson. Cuando lo que Dios hace no tiene
sentido (Cap.2).