Lectura del día: Proverbios 26
"¿Has visto hombre sabio en su propia opinión? Más esperanza hay del necio que de él. Dice el perezoso: El león está en el camino; El león está en las calles. Como la puerta gira sobre sus quicios, así el perezoso se vuelve en su cama. Mete el perezoso su mano en el plato; se cansa de llevarla a su boca. En su propia opinión el perezoso es más sabio que siete que sepan aconsejar". (Provb 26:12-16).
—!Ay! Debo arreglar la cama..... Lo haré más tarde.
—!Hummm! ¿Recoger sillas? Eso es mucho trabajo.
—Debo visitar la oficina del Sr. Andujar... Bueno, mañana es otro día.
—Deme un momento, ya casi..... ya casi...
—!Claro, cuente conmigo! (Por supuesto, cuando otro lo haga por mí, jejeje)
—¿4 pisos? !Demasiado!
¿Has escuchado frases como estas? Proverbios cap.26 trae una interesante reflexión acerca de los necios y los perezosos. Una característica del perezoso es que todo lo encuentra lejos, alto, incomodo, bajo y piensa que los demás deben hacerlo, pero él no. El perezoso pone excusas de manera frecuente; dice: "El león está en el camino...". Generalmente siempre tiene una excusa o razón por lo cual no hace lo que le corresponde. Puede decir: "Es que estaba cansado, es que quedaba muy lejos, es que se me olvidó, es que lo llamé y no me contestó, es que se me hizo pesado, es que me acosté tarde anoche y me levanté muy tarde... es que... es que.... es que...". También es uno que no le gusta madrugar. Este pasaje de proverbios dice que al perezoso le da trabajo, inclusive, llevarse la comida a la boca, pararse a buscar un alimento o cubrir una necesidad; Está a la espera de que otros lo hagan por él. Es la típica persona a quien todo hay que pasárselo. No lee porque el libro es aburrido o largo, y no asiste porque eso queda demasiado lejos.
Otra característica del perezoso es que se cree sabio en su propia opinión y es porque piensa que su actitud es correcta. Todos han de estar equivocados, pero él tiene la razón. El perezoso se consume en su propia ignorancia. Pueden venir 7 personas a decirle o a aconsejarle lo mismo y aun así, hace lo que le parece. Usted puede repetirle todos los días la misma cosa, pero él no hace lo que tiene que hacer. Dice Proverbios 10:26 que es como vinagre a los dientes, y como el humo a los ojos de aquellos que lo envían. Realmente es muy amargo y agrio cuando usted le dice diez veces lo mismo a una persona. Mis hijas me preguntas por qué suelo ser tan arbitraria en los mandatos hacia ellas y es que estudié en un colegio de monjas, y las monjas para nada son perezosas, todo lo contrario.
Pero de todas maneras, creo que todos en algún momento de la vida nos comportamos como perezosos. ¿Usted no? Pues, yo sí. Tal vez en la casa con los quehaceres, con el trabajo, con los clientes, y con la iglesia he notado que pasa muy frecuentemente. Podemos ver a otros brindando un servicio y quedarnos allí parados contemplando como lo hacen y nosotros fácilmente que ponemos una excusa para no ayudar. Hay también pereza espiritual: no orar; no leer la biblia; no ir al culto porque tengo sueño; no servir porque en casa hay mucha responsabilidad, pero tal vez solo estoy viendo la t.v.etc.
Ser inconstantes también es un tipo de pereza... Hoy lo hago, mañana no. La Palabra de Dios en el libro de proverbios muestra una sentencia para los perezosos. Proverbios 24:30-34 dice:
30.Pasé junto al campo del hombre perezoso,
Y junto a la viña del hombre falto de entendimiento;
31. Y he aquí que por toda ella habían crecido los espinos,
Ortigas habían ya cubierto su faz,
Y su cerca de piedra estaba ya destruida.
Ortigas habían ya cubierto su faz,
Y su cerca de piedra estaba ya destruida.
32. Miré, y lo puse en mi corazón; Lo vi, y tomé consejo.
33. Un poco de sueño, cabeceando otro poco,
Poniendo mano sobre mano otro poco para dormir;
Poniendo mano sobre mano otro poco para dormir;
34. Así vendrá como caminante tu necesidad,
Y tu pobreza como hombre armado.
Y tu pobreza como hombre armado.
Ojalá podamos tomar consejo
como dice el verso 32. La pereza es un mal espíritu. Se posa
en las vidas de las personas y salir de ahí se hace más trabajoso. Por
eso, debemos estar orando en todo tiempo, pidiendo al Señor que no ayude con su
Santo Espíritu a reprender el espíritu de la pereza. comience
haciendo lo que tiene a la mano hacer. Arregle su
cama, levántese temprano, ore, lea la biblia, vaya temprano a hacer
sus diligencias. Si sabe que tiene que hacer algo, por amor a Dios
!hágalo! Verá que agradable y regocijante es haber aprovechado
bien el día. Esto produce paz y tranquilidad. Además no sobrevendrá
la pobreza ni la necesidad. El alma negligente pasará hambre
(Provb.19:15). Todo es cuestión de DE-CI-DIR-SE. !Decidete
y levántate en el nombre de Jesús!
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