Id, pues, y haced discípulos...
Mateo 28:19
¿Qué es hacer discípulos? A la pregunta de "¿estás discipulando?" en automático contestamos: "bueno, estoy dando seguimiento a algunos". Ese seguimiento se refiere a forzar a la persona a asistir a la iglesia y que tome todos los cursos Y LISTO ¡Es un éxito si la persona lo hace! Con el tiempo se convertirá en uno más de nosotros, pensamos. Pero hacer discípulos va más allá de impartir una clase por semana y la Biblia nos deja varios ejemplos.
Hacer un discípulo se trata de una relación mucho más estrecha y personal. Más que un maestro y un alumno se trata de ser hermanos y amigos, por tanto el compañerismo es la esencia del discipulado. Aquí radica el asunto: queremos tener discípulos sin hacer compañerismo. Deseamos alumnos que llenen nuestros espacios vacíos en las iglesias y vivimos buscando estrategias para lograrlo. Jesús deja el significado del compañerismo en su relación con sus discípulos basada en su relación de confianza. En Marcos 8:34-35 dice: "Y llamando a la multitud y a sus discípulos.." lo que no deja ver una evidente separación entre la Multitud y "sus discípulos" ¿Quienes eran esos discípulos? Sus compañeros.
Hacer discípulos significa formar una relación de interés no solo para que alguien sea nuestro alumno. El que discipula debe estar dispuesto a caminar con su aprendiz, debe escucharle, lavar sus pies las veces que sean necesarias, confirmar su ánimo (Hechos 14:22), exhortar, aconsejar, orar por él, alimentarlo si está hambriento espiritual y físicamente, pasar tiempo de calidad no solo en una clase, aclarar con mansedumbre y sin reproches las cosas que no entiende, ser fraterno y amable, Es el ejemplo que Cristo mismo nos dejó. Para discipular correctamente debemos negarnos nosotros primero y esto requiere tiempo y sacrificio no solo para abrir una clase semanal, sino para ser compañero, solidario y amigo. Luego con el tiempo su aprendiz se negará a sí mismo para convertirse en un verdadero discípulo.
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