miércoles, 28 de mayo de 2014

EL TIEMPO DE HACER SILENCIO



“Aun el necio cuando calla, es contado como sabio”.
Proverbios 17:28
 Una persona que ha rebasado la indiscreción y la imprudencia al hablar ha entendido que el silencio en el momento oportuno es parte del crecimiento.   Saber callar en ocasiones es más trascendental que saber hablar,  pues el que mucho habla, mucho yerra, dice la Biblia; y ciertamente cuando las personas son desbocadas y dicen todo lo que le viene a los labios decir, cometen grandes errores.

Abraham Lincoln dijo:  Abraham Lincoln dijo:  “Más vale permanecer callado y que 
sospechen tu necedad, que hablar y
quitarles toda duda de ello”.  Uno debe antes de hablar medir el impacto de lo que va a decir, porque en las muchas palabras no falta el pecado.  Hacer silencio implica:   no defenderse en momentos de acusación aun cuando sabes que estás en lo correcto, no deplorar con palabras fatuas a aquellos que expresan una idea con la que no estamos de acuerdo, no levantar opiniones a la ligera sin conocer profundamente lo que se nos expone, hacer silencio es callar en momentos de enojo y de ira, es recibir con humildad una llamada de atención, es no interrumpir al que habla, es no perder tiempo en conversaciones vanas y triviales, es ser discreto sin cubrir las mentiras, es permitir a los demás expresar sus opiniones sin meter en medio nuestros argumentos. Aun las notas musicales tienen su tiempo de silencio.

Si lo que vas a decir edifica más que tu silencio, entonces habla.  A lo largo de mi vida he visto hombres sabios que con solo observar su rostro de meditación,  han sido más elocuentes que mil palabras.  No se trata de callar por callar, se trata de callar porque es necesario hacerlo. La prudencia de callar a tiempo puede llegar a ser en nuestra vida un hábito que nos proporcionará maravillosos beneficios.  


2 comentarios:

Unknown dijo...

Si algo aprendi en mis pruebas es que el silencio provee paz y que Dios habla por nosotros en medio del silencio. Dios te bendice eve.

Maribel Santana dijo...

a veces decimos tantas cosas, con solo quedanos callados.

DESDE EL CORAZÓN