martes, 6 de mayo de 2014

CUIDEMOS A NUESTROS HIJOS

"Como flechas en la mano del guerrero, así son los hijos tenidos en la juventud".
Salmos 127:4

El día de ayer fui con mis hijas a visitar uno de los centros comerciales más grandes de nuestros país.  Fuimos a comprar unos regalos para unas primas que estuvieron de cumpleaños.  Nos sentamos un rato en uno de los bancos del pasillo a descansar y observé dos chicas que iban tomadas de la mano muy estrechamente.  Una, se veía muy femenina, bien peinada, largos aretes, su pelo bien arreglado; y la otra llevaba puesto pantalón de jeans  un poco ancho, con abrigo grande, tenis deportivos y su pelo muy bien recortado.  La manera en que iban tomadas de la mano me dijo todo lo que allí sucedía.

En ese momento pensé en el mundo que les tocaría vivir a mis hijas  y a los hijos de mis hijas.  Algo no anda bien en la sociedad y lo peor del caso es que nosotros como padres, a veces nos encontramos muy ajenos a esa triste realidad.

Hace unos años una niña de apenas 7 años se acercó a mí para abrirse en su angustia.  Me dijo:  "Pastora, ayúdeme, no sé que hacer".  Le pregunté que le estaba sucediendo y la niña me contestó:  "No puedo dormir, ni estudiar bien ni leer.  Mi mente solo piensa en eso".  Le pregunté entonces:  "¿A qué te refieres?", y me contestó:  "Lo que me enseñó mi computadora.  Lo vi y ahora no paro de pensar en eso.  Es como si mi mente me empuja a seguir viéndolo, y yo ya no quiero hacerlo más".  Seguimos conversando y me explicó que  estaba jugando con su ipod y le salió una invitación de una chica, ella la abrió y lo que ocurrió en su vida fue el peor desastre que puede terminar con la inocencia de una niña de apenas 7 años de edad.

Los padres estamos muy ajenos a lo que está pasando.  Con cautela y tratando de hacerle entrar en razón para que buscara la ayuda correcta para guiar a su hijita sin reproches y acusaciones, tuve que decirle a la madre lo que estaba pasando.  Fue grande su sorpresa porque me dijo:  "Pero ella solo juega con el ipod".  Y ahí está el detalle.  Hemos dotado a nuestros hijos de todas las herramientas electrónicas y cibernéticas para que vayan acorde con los nuevos tiempos, pero nos hemos olvidado que esas herramientas, aunque son de ayuda, también pueden ser un arma mortal para nuestros hijos.  Es como una pistola.  Las pistolas son usadas por los policía y militares para un fin, pero también pueden matar a un inocente.

En una conferencia a la que asistí con el escritor Josh Mcdowell se trató esta dura realidad.  Las estadísticas dicen que el 45% de los visitantes de páginas pornográficas en el internet son niños que van de 6 a 9 años.  Esto es alarmante porque es casi la mitad de los usuarios de estos sitios web.   A eso se suma la gran cantidad de centros de internet que hay en los barrios en donde los niños acuden sin ningún tipo de restricción ni supervisión.  

¿Cómo sucede?  ¿Cómo dan los niños con este demonio de la pornografía sin buscarlo?  Mientras hacen sus tareas o juegan en sus aparatos electrónicos, aparece una ventanilla invitándoles a entrar.  Los niños son sumamente curiosos y le dan el click a la ventanilla.  Lo que ven allí atrapa por completo sus mentes, y si los padres no están en alerta, este demonio los envuelve por completo volviéndolos adictos a la pornografía.  Lo peor del caso es que los niños andan con su celular, su ipod, o lo que sea que tengan para conectarse a internet las 24 horas del día y muchos no tienen ninguna supervisión por la falta de tiempo de sus padres, porque es más fácil darles un aparato que los entretenga que dedicarse a orientarlos.

Estas adicciones van haciendo de los niños marionetas del sexo a temprana a edad, como el lesbianismo y la homosexualidad se practica en estos vídeos de internet, muchos son atrapados en la falta de identidad sexual llevándolos a inclinarse hacia su mismo sexo.  Es una barbaridad y una epidemia que está azotando a la niñez.  Si para los adultos el proceso sexual es traumático en ciertas ocasiones, ¿qué no será para un niño o niña de apenas 6 o 7 años?

Te invito a estar alerta y a vigilar a tus hijos.  ¿Qué hacen? ¿Qué ven?  No pienses que tu hijo o hija es el único del mundo que no le pasaría esto.  A cualquiera le puede pasar.  La niña de la que te hablé es hija de unos excelentes padres, que se han dedicado a darle toda la educación posible, pero el afán del estar de un lado a otro y de darle a esos mismos hijos "lo mejor",  hace que muchos buenos y excelentes padres obvien la parte del seguimiento y de la cautela.  Usted es el guardián de sus hijos.  Dios le pedirá cuenta a usted por la vida de ellos.  No deje a sus hijos solos con aparatos avanzados, que no hay necesidad.  Ponga las computadoras de la casa en un lugar donde sea  visible y en el que cuando usted pase se vea lo que el chico o la chica está mirando. PONGALE UN PROGRAMA DE PROTECCIÓN CON CLAVE, en el que solo puede ver VIDEOS cuando usted le coloca la clave y está presente, porque en Youtube está el mayor peligro.  Establezca horarios de uso en el que usted esté presente o un adulto confiable.  Sea sabio y sabia.  No deje que el enemigo dañe sus hijos.  Tomemos la firme decisión de hacerle frente al enemigo y eso lo podemos hacer con oración, con entrega, pero también con la voluntad de estar pendientes de lo que ellos hacen y sobre todo, hablar con ellos y orientarlos según la edad y su capacidad.

Visita la página de internet:  http://www.just1clickaway.org/Espanol.html   
Es un excelente recurso para nosotros los padres.  El ministerio de Josh Mcdowell se ha dedicado a hacerle frente a este flagelo maligno.  Vamos a hacer tu y yo lo mismo.

Para un programa de protección te recomiendo K9 WEB PROTECTION.  Lo puedes descargar en:  http://www1.k9webprotection.com

Te invito a ver este video para que veas de qué estoy hablando.  

https://www.youtube.com/watch?v=pXBLEQ95haM

ADVERTENCIA: EL CONTENIDO CREATIVO EN ESTE VIDEO PUEDE SER INQUIETANTE Y/O  PUEDE SER UN "DISPARADOR" PARA QUIENES ESTAN EN RECUPERACION DE UNA ADICCION SEXUAL. Puede encontrar utilidad, contenido escrito en http://www.just1clickaway.org/.

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