Pero gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento, porque nada hemos
traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar.
Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto.
1ra. Timoteo 6:6-8
Una dama gustaba de comprar sábanas para su cama. Siempre que visitaba las tiendas de hogar, llevaba sábanas y colchas para cubrir su habitación con lindos lienzos y tantas eran que tenía un baúl lleno de sabanas, colchas y toallas. El problema era que a pesar de tener tantas sábanas lujosas, se pasaba hasta dos semanas con la misma puesta porque no tenía mucho tiempo para cambiarla, por lo que se mantenían con un olor a madera. Alguien le dijo: “¿para qué compras tantas sábanas, si con unas cuantas es suficiente? De todas maneras, hay que lavarlas y no tienes tiempo para colocar una, al menos interdiría. Deberías regalar unas cuantas". La dama, muy molesta contestó: “se supone que si las compro es para algo, ¿no crees?".
Muchas personas suelen acumular cantidades de ciertas cosas. Algunos lo hacemos con la ropa, otros con zapatos, otros con artículos o muebles del hogar, en fin, somos muy dados a desear más de lo que tenemos, sin embargo, se nos hace molesto cuando un limpia vidrios nos pide una moneda o nos parece incómodo tener que dejar la propina para el empacador del supermercado, el delivery o la chica que nos lava el pelo en el salón de belleza. He visto mujeres quejarse de tener que pagar propina si ya pagaron su servicio de lavado, sin embargo, tienen los closets llenos de zapatos de todos los modelos y colores, gastan su dinero en todo tipo de lujos para sí mismas y lo lamentable del caso es que muchas dicen ser Cristianas.
Hoy tendía una sábana que me obsequiaron y me acordé del relato de la señora mencionado más arriba y di gracias a Dios por tener las cosas que realmente necesito. ¿Para qué querer tanto? No tiene nada de malo querer cosas, siempre que sean deseos razonables y justos. ¿Cómo sé que lo que deseo es algo justo y razonable? Pues ve a tu closet o a tu armario y chequea qué cantidad tienes de cada cosa. Te darás cuenta que hay ropa que hace tiempo que no usas, que hay carteras y zapatos que no usas, que hay camisas y trajes que no te pones, siempre te pones lo mismo porque es lo que te gusta. Te darás cuenta de que hay sábanas o toallas en cantidades extraordinarias sólo por si acaso llega una visita que nunca viene, y así nos damos cuenta que realmente somos seres egoístas que pensamos en nuestro propio bienestar.
La Biblia dice en 1ra. Timoteo 6:6-8 “Pero gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento, porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar. Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto". En conclusión: si mi vida no depende de eso que deseo, si puedo vivir sin eso, es porque en realidad no lo necesito. Esa necesidad la ha creado mi mente por la presión a la que me dejo guiar socialmente. Las necesidades hay que redefinirlas. Cuando redefines si realmente necesitas algo, serás beneficiado porque podrás ahorrar, y eso te hará más generoso con los demás al ver las necesidades de otros y más agradecido por todo lo que has podido poseer.
Te invito a que hagas una lista de las cosas que posees y al lado ponle la cantidades. Te darás cuenta de cuánto dinero hay desperdiciado. Luego agradece a Dios por las cosas que has recibido y pide perdón por haber acumulado cosas innecesarias. Pídele que te guíe hacia la generosidad y hacia el contentamiento. Recuerda que hay más gozo en dar que en recibir (Hechos 20:35).
No hay comentarios:
Publicar un comentario