domingo, 20 de abril de 2014

La vida es un soplo


"Sin embargo, no sabéis cómo será vuestra vida mañana. 
Sólo sois un vapor que aparece por un poco de tiempo y luego se desvanece".

Santiago 4:14



Hace unos días a la familia llegó una triste noticia.  Una gran mujer, madre y esposa partió de este mundo en circunstancias muy inesperadas.  Había venido desde los  Estados Unidos para  realizarse una cirugía y  días después, debido a complicaciones falleció.   Era una mujer llena de vida y de mucho carácter.  Casada por muchos años con un esposo que lloraba inconsolable la partida de su amada.  Dos hijos se encontraban absortos ante el cuerpo de su madre en un ataúd, lo cual les era difícil reconocer y aceptar, ya que se suponía que ella regresaría a su casa en excelentes condiciones luego del tiempo de recuperación de la cirugía.   Hermanos, cuñados, sobrinos y todo el que la conoció se encontraba tristemente sorprendido ante lo ocurrido.   


Pero Dios que conoce todo lo que ocurre debajo del sol, y a quien nada escapa, no se encontraba como nosotros.  Dos días antes de la cirugía nuestra querida pariente había solicitado a su hermano, un reconocido médico que sirve al Señor junto a su esposa, que la llevara a la iglesia.  Se atavió con un hermoso vestido, como si de una gala se tratara y se fue un domingo en la mañana al templo para escuchar la voz de Dios.  La invitación para aceptar a Cristo fue hecha a los presentes y nuestra querida Nazaris Javier con lagrimas pasó adelante recibiendo a Cristo como su salvador personal.  Dios sabía que ella partiría de este mundo y le extendió la oportunidad para recibir el regalo de la vida eterna, lo cual ella aceptó.  Sin embargo, muchos no piensan en que podrían partir en cualquier momento de este vano mundo, y salen de él habiendo rechazado tan grandioso regalo. 

El apóstol Santiago hace una reflexión acerca de la vida y la compara con un vapor que aparece por un poco tiempo y luego se desvanece.  Nuestra vida es como una simple neblina, el asunto es que a todos esa parte se nos olvida.  Pensamos que somos seres eternos y planeamos todo en la vida como si así fuese.  Pero hay una canción que dice:  “La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida” lo cual es algo completamente cierto.  ¡Cuántas personas hemos conocido que han partido de este mundo de manera inesperada sin importar la edad!  Lo cierto es que nosotros podríamos ser uno de esos, el problema es que se nos olvida o simplemente no queremos pensar en ello.

Hoy es domingo de resurrección y Cristo nos ofrece la oportunidad de salir de este mundo con una garantía de vida.  Por cuanto él resucitó, si aceptamos su sacrificio en la cruz y su resurrección, recibiéndole como nuestro Señor para hacer su voluntad, nosotros también resucitaremos en el día final.  Hechos 24:15 dice:  “Teniendo esperanza en Dios, la cual ellos también abrigan, de que ha de haber resurrección de los muertos así de justos como de injustos”.   1ra. De Tesalonicenses 4:16-18 nos da la gloriosa esperanza de que Cristo descenderá del cielo y los que hayan muerto en él resucitarán, siendo reunidos con los que se encuentren vivos en ese momento para ser arrebatados en las nubes y recibir al Señor para estar siempre con él. 

Por eso debemos animarnos unos a otros y alentarnos en esa gloriosa esperanza.  Piensa en esto:  la vida es un soplo de la cual no tenemos control alguno.  La única garantía es la que cristo nos ofrece. ¿Ya has echado mano de la tuya?


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