martes, 1 de noviembre de 2016

SALMOS 100

Cantad alegres a Dios, habitantes de toda la tierra.
Servid a Jehová con alegría;
Venid ante su presencia con regocijo.
Reconoced que Jehová es Dios;
El nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos;
Pueblo suyo somos, y ovejas de su prado.
Entrad por sus puertas con acción de gracias,
Por sus atrios con alabanza;
Alabadle, bendecid su nombre.
Porque Jehová es bueno; para siempre es su misericordia,
Y su verdad por todas las generaciones.


Hoy quiero compartir con ustedes uno de los Salmos más hermosos de la Biblia.  Me gustaría desglosar cada una de las acciones expresadas en  el Salmo 100.  La primera es Cantad, pero no solo cantar, sino que nos instruye a hacerlo "alegres".  La segunda acción es servir y también nos exhorta a hacerlo con alegría.  Cuando servimos a Dios y lo hacemos con rebeldía o molestos dejando que la incomodidad nos cubra, el servicio pasa a ser una acción sin sentido.   Podemos estar todas las semanas en el templo, caminar miles de kilómetros, hacer cualquier tarea en la obra, pero si no tiene el sello del amor y de la alegría se vuelve un servicio obligatorio que no nos deja ninguna felicidad y no es lo que Dios desea.

Venid es la tercera acción y la manera de hacerlo es con "regocijo". Es un hecho que no podemos entrar a la presencia de Dios con raíces de amargura, antes debemos poner esto a cuenta para que la acción de alabarle fluya sin obstáculos.  La cuarta acción es Reconoced, es decir, sepan y declaren que Jehová es Dios y que él fue quien nos creó, somos su pueblo y ovejas de su prado.  Es interesante que esta invitación es libre y gratuita.  Algo erróneo que los hombres solemos hacer a menudo es  determinar quiénes pueden ser del redil y quiénes no, pero no hay  una acepción aquí, cualquiera puede ser recibido para ser parte del redil del Salvador. 

La quinta acción es Entrad.  Me encanta esta parte porque hace una invitación a que entremos a la casa del Señor con acción de gracias y desde los patios lo hagamos con alabanza.  La acción siguiente es Alabadle, seguida de Bendecid, expresando una vez más la continuidad.  Alabar a Dios es algo continuo que no debemos parar de hacer.  Al alabar a Dios reconocemos su poder y su gloria.  La invitación a bendecir su nombre es un llamado a que coloquemos frente a nuestros ojos, mente y corazón las tantas razones y motivos que tenemos para agradecerle.  Si usted lo piensa detenidamente hay muchas razones por las cuales dar gloria a Dios.  El Salmo concluye con una declaración acerca de la bondad de Jehová y de su misericordia que es para siempre.  Su verdad no tiene sombra de variación, sino que es la brújula eterna que guía por todas las edades y tiempos. 

Definitivamente que al servir es probable que Dios no tome en cuenta las horas ni el tipo de servicio que realicemos, pero lo que sí tomará en cuenta es la actitud y la motivación que tuvimos para hacerlo. Verdaderamente que con el Señor sí que podemos afirmar  "Él tiene todos los derechos reservados".  





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