lunes, 8 de febrero de 2016

SAL EN LA TIERRA

"Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres".
Mateo 5:13

Para la seguridad alimentaria el ingrediente predilecto por siglos ha sido la sal.  Es la única roca que el ser humano consume.  Este ingrediente culinario ha tenido una incidencia en la economía de las civilizaciones a lo largo de la historia.   No se puede negar que la sal tiene muchas propiedades. Se dice que en la antigüedad tenía más de 14,000 usos.  Uno de los más conocidos es el de actuar como conservante, ya que evita o retarda la descomposición.   

La sal es una roca, por ende es fuerte y dura.  La sal otorga sabor, es también un antiséptico por lo que actúa sobre los gérmenes.  Ha sido usada como materia prima en multitud de procesos industriales y uno de sus importantes usos es como componente para la seguridad vial en épocas de invierno.   Es un conductor natural para el yodo y el flúor en nuestro organismo evitando enfermedades de las tiroides, entre otras condiciones.

La razón por la que el Maestro utilizó la sal para comparar la función del creyente en esta tierra tiene que ver precisamente con esos múltiples usos.  Por años solo nos hemos dedicado a ver la vida cristiana, comparándola con la sal, con el hecho de que nuestro testimonio se deje ver con gracia entre las personas, algo muy acertado.  Sn embargo, cuando pienso en todos los usos que la sal tiene, no puedo dejar de pensar en las tantas cosas que como discípulos de Cristo estamos llamados a hacer.  Como sal, tu y yo debemos dar buen testimonio y predicar el evangelio, pero también a ser usados como entes de transformación en el medio que nos rodea.  Ese medio no se circunscribe únicamente a la iglesia o nuestra familia, sino que va más allá.   El Señor dice que "la tierra" debe ser salada y la tierra abarca todo lo que en ella se compone y habita, esto incluye las personas, el medio ambiente y los sistemas.

Cuando sazonamos una carne, de seguro que no lo hacemos por parte.  Si le pongo sal a un alimento cualquiera que sea, lo hago de forma uniforme; no puedo ponerle sal a un lado y al otro no, porque uno me quedará con sabor, pero el otro me quedaría desabrido.    Muchas veces los creyentes hacemos eso, sazonamos solo una parte de la vida natural (es decir, de la tierra) y dejamos muchas áreas sin el conservante, lo cual podría provocar que una parte de él se dañe por no tener un agente que lo proteja de los gérmenes que provocan la descomposición.

Hoy, el mundo vive en una completa descomposición en todos los niveles.  Las ocupaciones que tenemos los cristianos tratando de mantener a nuestros propios congregados a salvo o de que no se muevan de nuestras iglesias hace que olvidemos en ocasiones el significado de salar la tierra.   Al consumirnos en ese mundo "evangélico" con nuestros pensamientos, tradiciones y costumbres, nos olvidamos de millones  que sufren, no solo espiritualmente, sino también aquellos que físicamente tienen hambre, tienen sed o necesitan justicia.  Decía mi pastor en uno de sus mensajes:  "No es la Palabra aplicada, sino la palabra vivida".  Ser sal en esta tierra implica vivir la Palabra y al vivir la Palabra tenemos que hacerlo en todas las áreas:  espiritual, social, profesional, política, moral, etc.
El creyente tiene la obligación de “Alcanzar” (evangelismo), “Rescatar” (discipulado) y de “Servir”, y en este tercer punto es en donde muchas veces limitamos el poder sazonador de Dios a través de nosotros.  Usted puede, como sal que es, servir y sazonar en muchos ángulos.  No se límite solo a que es sal para salir a regar tratados, lo cual debe hacer; a predicar con un megáfono, lo cual si puede hágalo:  a discipular en casa, lo cual es sumamente necesario; a tomar un ministerio en la congregación, lo que le ayudará a crecer y a dar por gracia lo que ha recibido para el cuerpo de Cristo; entre otros tipos de servicio a la obra de Dios válidos, necesarios y urgentes; sino que también debe escudriñar hasta qué punto puede ser sal desde otra óptica para impactar a la sociedad a la que pertenece.    Usted puede ser un médico que instale un consultorio de atención gratuita o de bajo pago para personas de escasos recursos, usted puede ser un misionero que va predicar a lugares donde no ha llegado el evangelio (por cierto, siempre hacen faltan más de los que hay); puede ser una mujer que tiene talentos y dones para la cocina o manualidades que enseñe a las jóvenes de la calle a aprender un oficio digno.  Puede ser maestro(a) de idiomas para jóvenes de su sector, puede ser un presidente de la junta de vecinos que procure el orden del lugar donde vive, puede ser un profesional del derecho que ayude en casos donde gente sin recursos no tiene quien abogue por ellos,   puede ser un regidor en el cabildo que vele por las necesidades de su comunidad, un diputado en el congreso que incida en las decisiones de la nación en contra de los antivalores, etc.  Sea cual sea el área donde se encuentre deje que Dios le use para sazonar.

Como la sal usted puede ayudar a preservar, a evitar la putrefacción, a aportar para la seguridad como lo hace la sal en el invierno con las vías, a ser un conductor natural de las gloriosas virtudes de aquel que lo llamó de las tinieblas a su luz admirable.   De los 14,000 usos que tiene la sal, pregúntese cuál o cuáles usted puede brindar.  No límite sus usos para con usted, pero tampoco limite a otros que sí esperan glorificar a Dios en el lugar donde se encuentran.  En tiempos de caos permita que Dios a través de usted y de otros hijos nacidos del Espíritu rocíe  de su gracia, su misericordia, su amor y su justicia sobre la tierra, sobre su nación, sobre su trabajo, sobre su familia, sobre su iglesia y donde quiera que sea necesario para  que haya sanidad.

Para eso usted debe estar dispuesto a ser molido como la sal.  No es un asunto fácil, encontrará que muchos maltratan la sal, pero recuerde que la sal es una roca y por ende es fuerte así como la roca que la sostiene que es Cristo. Para tener una fuerza conservadora y antiséptica en esta generación  será necesario que nos trituren para ser usados con eficacia.  Estemos listos para servir en los espiritual como en lo natural aquello que se vive día por día.  Dios te bendiga.

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