"Vosotros sois la sal de la tierra;
pero si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada? No sirve más para nada,
sino para ser echada fuera y hollada por los hombres".
Mateo 5:13
Para la seguridad
alimentaria el ingrediente predilecto por siglos ha sido la sal. Es la
única roca que el ser humano consume. Este ingrediente culinario ha
tenido una incidencia en la economía de las civilizaciones a lo largo de la
historia. No se puede negar que la sal tiene muchas propiedades. Se dice
que en la antigüedad tenía más de 14,000 usos.
Uno de los más conocidos es el de actuar como conservante, ya que evita
o retarda la descomposición.
La sal es una roca,
por ende es fuerte y dura. La sal otorga sabor, es también un antiséptico
por lo que actúa sobre los gérmenes. Ha sido usada como materia prima en
multitud de procesos industriales y uno de sus importantes usos es como
componente para la seguridad vial en épocas de invierno. Es un conductor
natural para el yodo y el flúor en nuestro organismo evitando enfermedades de
las tiroides, entre otras condiciones.
La razón por la que
el Maestro utilizó la sal para comparar la función del creyente en esta tierra
tiene que ver precisamente con esos múltiples usos. Por años solo nos
hemos dedicado a ver la vida cristiana, comparándola con la sal, con el hecho
de que nuestro testimonio se deje ver con gracia entre las personas, algo muy
acertado. Sn embargo, cuando pienso en todos los usos que la sal tiene,
no puedo dejar de pensar en las tantas cosas que como discípulos de Cristo
estamos llamados a hacer. Como sal, tu y yo debemos dar buen testimonio y
predicar el evangelio, pero también a ser usados como entes de transformación
en el medio que nos rodea. Ese medio no se circunscribe únicamente a la
iglesia o nuestra familia, sino que va más allá. El Señor dice que
"la tierra" debe ser salada y la tierra abarca todo lo que en ella se
compone y habita, esto incluye las personas, el medio ambiente y los sistemas.
Cuando sazonamos
una carne, de seguro que no lo hacemos por parte. Si le pongo sal a un
alimento cualquiera que sea, lo hago de forma uniforme; no puedo ponerle sal a
un lado y al otro no, porque uno me quedará con sabor, pero el otro me quedaría
desabrido. Muchas veces los creyentes hacemos eso, sazonamos solo
una parte de la vida natural (es decir, de la tierra) y dejamos muchas áreas
sin el conservante, lo cual podría provocar que una parte de él se dañe por no
tener un agente que lo proteja de los gérmenes que provocan la descomposición.
Hoy, el mundo vive en una completa descomposición en todos
los niveles. Las ocupaciones que tenemos los cristianos tratando de
mantener a nuestros propios congregados a salvo o de que no se muevan de
nuestras iglesias hace que olvidemos en ocasiones el significado de salar la
tierra. Al consumirnos en ese mundo "evangélico" con nuestros
pensamientos, tradiciones y costumbres, nos olvidamos de millones que
sufren, no solo espiritualmente, sino también aquellos que físicamente tienen
hambre, tienen sed o necesitan justicia. Decía mi pastor en uno de sus
mensajes: "No es la Palabra aplicada, sino la palabra vivida".
Ser sal en esta tierra implica vivir la Palabra y al vivir la Palabra
tenemos que hacerlo en todas las áreas: espiritual, social, profesional,
política, moral, etc.
El creyente tiene
la obligación de “Alcanzar” (evangelismo), “Rescatar” (discipulado) y de
“Servir”, y en este tercer punto es en donde muchas veces limitamos el poder
sazonador de Dios a través de nosotros. Usted puede, como sal que es, servir
y sazonar en muchos ángulos. No se límite solo a que es sal para salir a
regar tratados, lo cual debe hacer; a predicar con un megáfono, lo cual si
puede hágalo: a discipular en casa, lo cual es sumamente necesario; a
tomar un ministerio en la congregación, lo que le ayudará a crecer y a dar por
gracia lo que ha recibido para el cuerpo de Cristo; entre otros tipos de
servicio a la obra de Dios válidos, necesarios y urgentes; sino que también
debe escudriñar hasta qué punto puede ser sal desde otra óptica para impactar a
la sociedad a la que pertenece. Usted puede ser un médico que
instale un consultorio de atención gratuita o de bajo pago para personas de
escasos recursos, usted puede ser un misionero que va predicar a lugares donde
no ha llegado el evangelio (por cierto, siempre hacen faltan más de los que
hay); puede ser una mujer que tiene talentos y dones para la cocina o
manualidades que enseñe a las jóvenes de la calle a aprender un oficio
digno. Puede ser maestro(a) de idiomas
para jóvenes de su sector, puede ser un presidente de la junta de vecinos que
procure el orden del lugar donde vive, puede ser un profesional del derecho que
ayude en casos donde gente sin recursos no tiene quien abogue por ellos,
puede ser un regidor en el cabildo que vele por las necesidades de su
comunidad, un diputado en el congreso que incida en las decisiones de la nación
en contra de los antivalores, etc. Sea cual sea el área donde se
encuentre deje que Dios le use para sazonar.
Como la sal usted
puede ayudar a preservar, a evitar la putrefacción, a aportar para la seguridad
como lo hace la sal en el invierno con las vías, a ser un conductor natural de
las gloriosas virtudes de aquel que lo llamó de las tinieblas a su luz
admirable. De los 14,000 usos que tiene la sal, pregúntese cuál o cuáles
usted puede brindar. No límite sus usos para con usted, pero tampoco
limite a otros que sí esperan glorificar a Dios en el lugar donde se
encuentran. En tiempos de caos permita que Dios a través de usted y de
otros hijos nacidos del Espíritu rocíe de su gracia, su misericordia, su amor y su
justicia sobre la tierra, sobre su nación, sobre su trabajo, sobre su familia,
sobre su iglesia y donde quiera que sea necesario para que haya sanidad.
Para eso usted debe
estar dispuesto a ser molido como la sal. No es un asunto fácil,
encontrará que muchos maltratan la sal, pero recuerde que la sal es una roca y
por ende es fuerte así como la roca que la sostiene que es Cristo. Para tener
una fuerza conservadora y antiséptica en esta generación será necesario que nos trituren para ser
usados con eficacia. Estemos listos para servir en los espiritual como en
lo natural aquello que se vive día por día. Dios te bendiga.