martes, 1 de septiembre de 2015

PRECAUCION E HIGIENE: COSA DE SENTIDO COMÚN


Siempre digo que todo, absolutamente todo lo que está relacionado con la vida  se encuentra en La Biblia.  Muchos versos, aunque no son tan literales, nos dan una luz acerca de cómo debemos conducirnos y a esto no escapa la previsión y la prudencia.  


Hace unos días vi un reportaje en Discovery Home and Health  acerca de un niño que había sido diagnosticado a los cuatro años con asma severo.  Los padres tuvieron que llevarlo al pediatra debido a que se puso morado por la falta de aire en sus pulmones.  Hubo un mal diagnóstico porque doce años después el niño casi muere con una repetición de un episodio bastante severo; el niño había expulsado unas verrugas como cerezas al toser bañadas en sangre .  Un Otorrino  dio con el real problema:  Papilomatosis recurrente en la traquea, una rara enfermedad que provoca el virus del Papilona Humano.  Su traquea se llenaban de verrugas que obstruían el paso del aire provocando que el niño se ahogara, pero por años le habían diagnosticado asma.  

A la madre se le realizó un estudio para verificar si era portadora del VPH, ya que probablemente el niño se había contagiado por el canal vaginal durante el parto.  La madre dio negativo  al virus, por lo que los médicos concluyeron que el niño había adquirido el virus entre el primer y tercer año de edad, seguramente por contacto bucal.   Gracias a Dios, las verrugas, que eran innumerables, pudieron ser extirpadas y el joven reaccionó favorablemente a un tratamiento con un medicamento del alta generación, sin embargo, fue mucho lo que sufrió.  Cada tres meses tenía que ser sometido a una cirugía en su garganta y traquea.  

Como madre me dio mucha pena escuchar el padecimiento de este joven y su familia, ya que con lágrimas abundantes la madre contaba su calvario.  El punto es que al parecer, alguien con el VPH le dio a beber con un vaso usado al bebé que le transmitió el virus.  Inmediatamente recordé lo que establece la Biblia en las leyes de higiene en el libro de Levítico, en los capítulos del 11 al 15 y cómo Dios enfatiza la necesidad de lavar y aislar todo lo que puede extender una infección.  Muchos dicen que esas leyes son de la antigüedad,  pero la ciencia avala lo que establecen esas leyes sanitarias. 

Las madres velamos por la salud de nuestros hijos, pero tenemos que reconocer que muchas veces nos descuidamos.  No quisiera dejar pasar esta oportunidad para recordar esta recomendación.  En el caso del niño fue el VPH, pero puede ser una mononucleosis, una infección por estreptococo, hepatitis, herpes labial,  tuberculosis, meningitis, amebas, giardias etc.  Por la saliva se pueden transmitirse más de 80 millones de bacterias.

La Biblia dice que "todo hombre prudente, obra con conocimiento" (Proverbios 13:16),  Le animo a ser cuidadoso. Sea padre, madre, tío, abuelo, hermano de la congregación, compañero de trabajo, amigo de la familia, nana, etc.,  evite dar de lo que usted bebe a los niños, sobre todo si no son suyos. Evitar que los niños tomen de un mismo recipiente con otros niños es a veces inevitable, pero como adultos debemos utilizar el sentido común y la misericordia a la que Dios nos llama.  Antes de ofrecer algo a un niño de lo que usted ya ha comido o bebido,  pregúntese:   "si fuera mijo, ¿me gustaría que otra persona le diera de lo que ya bebió o comió y traspase su saliva?".  Estoy seguro que si lo ve así de crudo dirá que no.  Así de crudas son las cosas.  La falta de sentido común de alguien alrededor de este niño casi provoca su muerte.  Te animo a poner en práctica estas recomendaciones:

-Nunca se dé por vencido con un diagnostico inicial si usted siente que algo más está sucediendo con  la salud de su hijo (a)
-Lave constantemente sus  manos y la de sus hijos al darles algo de comer.
-No permita que otras personas le den a beber de su vaso o de comer luego de haber saboreado (barquillas, paletas, etc).
-Mantega las vacunas de sus hijos al día.
-No permita que le besen a sus niños constantemente (personas exageradas que lo llenan de saliva).
-Si usted padece de algún problema de salud, evite  besar con  frecuencia
 y mucho menos lo bese en la boca.
-Siga las instrucciones de aseo e higiene personal.
-Sea precavido, aunque no obsesivo.  Confíe en el Señor.

Recuerde:  "El que pone atención a la palabra hallará el bien, y el que confía en el SEÑOR es bienaventurado" (Proverbios 16:20).


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