lunes, 3 de junio de 2013

CRECER ES UNA DECISIÓN


«Así que vosotros, oh amados, sabiéndolo de antemano, guardaos, no sea que arrastrados por el error de los inicuos, caigáis de vuestra firmeza.  Antes ben, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.  A él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad.  Amén» (2da. Pedro 3:17-`18).

      La 2da carta del apóstol Pedro es un firme llamado a crecer en el conocimiento de Dios.  Las palabras claves en esta carta son:  conocer, conocimiento y promesa.  Es un libro que nos invita a cultivar la madurez cristiana, lo cual es una responsabilidad  de cada creyente.  En el capítulo 1 verso 5 de este libro dice:  «Vosotros también, PONIENDO TODA DILIGENCIA por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud ,conocimiento; al conocimiento, dominio propio...».  Dice en el verso 9 que el que no tiene estas cosas tiene LA VISTA MUY CORTA.
      Hoy en día, muchas personas piensan que con solo asistir a los cultos los domingos pueden crecer en el conocimiento de Dios.  Está muy bien que asistamos y es un deber de todo creyente, pero el crecimiento oportuno y sano es algo que no se consigue con solo asistir una vez por semana.  
       A veces los miembros de las congregaciones se quejan de que no reciben el seguimiento oportuno, que no crecen, que no avanzan, etc., sin embargo, no dan un solo paso para recibir lo que se supone anhelan con el corazón.  ¿Anhela usted conocer a Dios íntimamente?  ¿Anhela realmente crecer en la fe o solo está esperando recibir eterna consolación de otros sin dar usted mismo un paso al frente?   
     He podido observar cientos de personas que se quejan bastante de sus iglesias, de sus pastores y ministros, sus mentores, pero cuando se les ofrece la oportunidad de ser parte de un estudio bíblico, una clase teológica, un servicio, etc., nunca pueden.  No asisten a los estudios, no asisten a sus células, no quieren tomar compromisos, y piensan que deben ser escuchados y comprendidos solo cuando ellos necesitan o quieren.   
      Cuando usted se inscribe en la universidad o en algún curso particular, ya sea de decoración, costura, electromecánica, cocina o asume otro tipo de compromiso secular, de seguro que no querrá faltar, pues comprende que está haciendo una inversión de tiempo y dinero la cual no quiere perder.  Esto sucede porque en el fondo espera que esa dedicación que hace  traiga una remuneración, quiere crecer como profesional y como ente de la sociedad.  Pues igual debería ser en la vida espiritual.  El creyente está LLAMADO  a SER DILIGENTE para crecer.  No tiene que esperar que sea otro el que le mueva constantemente.
      Crecer espiritualmente es un viaje de toda la vida.  No piense que porque tiene unos añitos formando parte de una congregación ya es suficiente.  En el reino de Dios el crecimiento es constante, tal como lo es Dios quien es eterno.  No podemos cansarnos pensando que ya sabemos lo suficiente.  Es algo que sucede muy a menudo en los creyentes con varios años en la fe y es una trampa de Satanás.   Usted debe procurar caminar en el espíritu y eso se consigue buscando el rostro de Dios en todo tiempo, leyendo y ESCUDRIÑANDO su palabra, orando y ayunando, y en el ejercicio de los dones a través del servicio.  ¿Quiere crecer?  ¿Quiere salir del punto en el que se encuentra?  ¿Quiere dejar de ser tan liviano espiritualmente?  Entonces muévase.  Pregunte cómo puede recibir más enseñanza de la palabra.  Haga un habito de estudiar personalmente a solas y   en  los grupos de estudio de su iglesia.  No deje de asistir a los estudios bíblicos pues allí se tratan temas muy particulares y profundos que no siempre se tratan en las prédicas de los domingos.  Asista a una célula, ya que las preguntar nos ayudan a meditar y nos permiten profundizar para aplicar lo aprendido a nuestra propia vida.  
      Participe de los seminarios y las reuniones de crecimiento.  No espere a que le llamen, vaya usted.  Para asistir a la universidad, trabajo o escuela ¿Hay que estarle llamando constantemente?  Usted sabe que no y es porque quiere crecer en ello.  Entonces ¿Por qué hay que estarle llamando constantemente para su propio crecimiento espiritual?  Los seres humanos somos complejos.  Pensamos que para lo espiritual hay que estarnos llevando cargados como niños chiquitos siempre, sin embargo, para lo del mundo estamos muy prestos a irnos solos sin ayuda de nadie; pero es muy  fácil echar la culpa de nuestra falta de crecimiento a otros.
      ¿No es lo espiritual lo que se siembra para vida eterna?  ¿Cómo es posible que nos dé tanto trabajo algo que se supone es un beneficio para LA ETERNIDAD?  Muchas personas dicen:  "Dios a mí no me habla ni me dice nada"  ¿Pues cómo te va a hablar, ombe, si ni siquiera te preocupas por conocer más y más de él!  
       Es cierto que no todos creceremos a la misma estatura y que Dios obra de distintas maneras, pero esto no debería suceder por nuestra falta de diligencia.  2da Timoteo 2:15 dice:  «PROCURA con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad».  La palabra aquí es PROCURA y si no tienes la palabra de verdad en tu corazón, cuando lleguen los momentos difíciles no podrás ni sabrás usarla.  Es el mismo pastor que dice en Juan 10:27 «Mis  ovejas oyen mi voz Y ME SIGUEN».  Dios te bendiga.



2 comentarios:

Noemi dijo...

muchísimas bendiciones, desde mi blog www.creeenjesusyserassalvo.blogspot.com

Unknown dijo...

Dios te bendiga Noemí. Muchas gracias.

DESDE EL CORAZÓN