jueves, 20 de septiembre de 2012

BENDECIRE A JEHOVA

    Del 17 de Septiembre 
Lectura:  Salmos 103


"Bendice, alma mía, a Jehová, y no olvides ninguno de sus beneficios" (Sal 103:2).

       Hoy es el día de mi cumpleaños y pensando en todas las cosas que la vida me ha traído, me acordé de una señora que conocí en días pasados.  
      Esperando el cambio de un semáforo en una de las principales vías de tránsito, una señora en silla de ruedas se me acercó para pedirme una ayuda en dinero. Lo que me impactó de ella no fue su condición de salud, la cual por cierto estaba algo incomoda de observar, pues tenía las piernas, además de amputadas, totalmente inflamadas.  Su cara presentaba un ojo defectuoso, pero a pesar de ello, la señora de acercó a mí con una gran sonrisa.  No denotaba pena ni molestia por su condición.  Me dijo estas palabras:  "Si no tienes no importa,  habrá otra ocasión para que me des algo.  Dios es bueno y a pesar de como estoy, vivo conforme la vida que me toca vivir".  Sus palabras me dejaron perpleja.  
       ¿Y qué de mí?  ¿Estoy conforme con todo lo que Dios me ha permitido vivir?  Por su gracia puedo contestar igual que la señora.  A pesar de los momentos difíciles en la vida, Dios ha sido más que bueno, pues de todas las pruebas vividas, he podido experimentar lo que dice Romanos 8:28  "Todas las cosas me han ayudado para bien". 
      Dice el Salmo 103 "Bendice alma mía a Jehová".  El es quien rescata nuestras vidas y nos llena de favores, quien sana nuestras dolencias y que a pesar de las circunstancias que puedan estar rodeándonos nos permite saborear su justicia; Por eso debemos con acción de gracias, alabarle y bendecir su nombre, porque Jehová es Dios bueno y para siempre es su misericordia, y aún ande en valles angustia, en valles de temor, en valles de sombra de muerte, en valles de dolor, con escasez en ocasiones, con temores, Dios está en y con nosotros para mostrar su gloria y su bondad, para que podamos saber que su poder se perfecciona en medio de nuestra debilidad y que nos basta su gracia.  Es su gracia redentora la que nos sostiene y la que nos da aliento y paz.                
        Al aceptar la voluntad de Dios (Léase bien:  la de Dios), podemos recibir su gracia. Como dice  2da. de Corintios 6: 10 "Como entristecidos, más siempre gozosos; como pobres, más enriqueciendo a muchos; como no teniendo nada, más poseyéndolo todo".   Tal como aquella señora, pobre, pero teniéndolo todo, porque el gozo del Señor es nuestra fortaleza.   "Más por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia no ha sido en vano para conmigo' (2da. Corintios 15:10).   
        Oración:  Señor, en este día tan especial, en el que me regalas el inicio de un año más de vida, quiero darte gracias, por todo lo que has sido para mí y por todas tus bondades y beneficios.  Mi alma te bendiga siempre  y bendiga todo mi ser tu Santo nombre, que nunca olvide ninguno de tus beneficios.  Concédeme el permanecer siempre en tu presencia y que mi corazón nunca se aparte de tu amor y mi mente de tu conocimiento.  Que la salud alcance y rebose todos los días a cada una de mis hijas, por las cuales te doy gracias, así como para mi amado esposo, complemento que me has regalado; mi madre y mis hermanos y toda la familia de la fe.  Gracias Señor, que tu luz esté siempre guiándome y la llama de tu Espíritu encendida en mí.  En el nombre de Jesús, amén.

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