DEL 18 DE SEPTIEMBRE
Lectura: Génesis 37
"Y lo odiaron aún más por lo sueños que él les contaba" (Gen.37:8b).
Tengo una amiga que realiza un tipo de negocio. Tiene bastantes sueños en la vida y al hablar se nota como quisiera que las personas más cercanas compartieran con ella el sueño. Se emociona y cuenta lo que piensa hacer en un par de años; sin embargo, observo las caras de sus familiares más cercanos como se pliegan y hacen muecas con la boca. Sin duda, es decepcionante ver la actitud de aquellos que desean matar los sueños.
Hace muchos años, yo solía matar los sueños de personas, como mi esposo, por ejemplo. Eso me trajo muchas amarguras y problemas. Lo bueno es que Dios pudo redargüir mi corazón a través de las dificultades y pruebas, para darme cuenta cuál era verdaderamente el lugar que me correspondía. Muchos sueños pueden ser peligrosos, pero otros pueden ser una gran bendición.
La vida de José es una de esas historias fascinantes. Es atractiva porque en ella se pueden reflejar muchos episodios de la vida. Es sin duda una gran historia de motivación y de perdón. Dios estaba con José y la Biblia lo dice (Gen.39). Por ser el primer hijo de Raquel, la mujer que más amó Jacob, padre de José, había cierto favoritismo hacia él, además de que lo tuvo siendo viejo. Los hermanos no simpatizaban por José y estaban celosos de él, lo odiaban (V.4), pero lo que más odiaban eran sus sueños.
Dice en el verso 5 que cierto día José tuvo un sueño y que al contarlo a sus hermanos, estos lo odiaron más todavía. Al parecer José era algo pretencioso ya que exigía que le prestaran atención a sus sueños (V.6). Muchas veces tenemos los sueños y queremos que la gente los adopte a la brava y eso puede desencadenar incomodidad y rechazo, por lo que hay que tener cuidado en la manera que comunicamos nuestros sueños. Pero el punto es que José soñaba y esos sueños estaban muy relacionados a una victoria económica y de poder, aunque detrás de ellos también había un propósito de Dios escondido. Entonces viene a la mente un plan para matarlo y matar junto con él sus sueños, pues dijeron: "Ahí viene ese soñador, ahora sí que le llegó la hora" (v.19). Luego dijeron: "Vamos a ver en qué terminan sus sueños". La queja de estos hermanos no era porque José era un preferido o ñoño de su casa, la queja era porque José era un soñador.
¿Cuántas veces no has tenido un sueño que deseas que los demás adopten, pero no te hacen caso? Tu sueño puede ser material o espiritual. Es posible que tengas el sueño de que toda tu familia conozca de Jesucristo, pero algunos intentan sabotearte, hacen lo imposible para matar tu sueño porque se sienten incómodos y molestos con lo que estás contando (V.8). Tu sueño puede ser de realización personal (Estudios, superación etc) pero hay gente a tu alrededor que intenta matarlos y pueden ser quizás sueños de echar para delante en la economía con un proyecto o negocio, pero hay gente alrededor que intenta matarlos.
Es interesante que a pesar de que hay algunos que definitivamente quieren matar los sueños y que no soportan a aquel que los tiene, hay otros que lo comprenden, aprecian a la persona y hasta cierto punto lo protegen; sin embargo, debido a la presión que hay alrededor, las críticas, la envidia etc, terminan haciendo lo que la mayoría hace. Tal fue el caso de Rubén, uno de los hermanos de José. El verso 21 dice: "Cuando Rubén escuchó esto, intentó librarlo de las garras de sus hermanos". Así que ideó otro plan para quedar bien con uno y con otros. Su intención era rescatar a José, pero no se atrevió a defenderlo frontalmente. Es una reflexión interesante porque quizás nos comportamos muchas veces como Rubén y terminamos arrancándole la túnica especial a alguien y echándolo en una cisterna vacía, supuestamente para ayudarlo. Nos preocupan sus pensamientos, nos preocupan que fracasen en los intentos de lograr los sueños, nos preocupa que otros los asesinen, sin embargo entramos en el juego del sabotaje y de la doble cara. !Sorpresa! cuando Rubén volvió a la cisterna, José ya no estaba allí.
Entonces, ¿En cuál de los tres puntos estoy? ¿En el de José que siendo un soñador maravillosos trató de convencer a los demás de que asumieran sus sueños? Soñar es bueno y creo que todos debemos hacerlo, sometiendo nuestros sueños a la voluntad de Dios. Dios nos da la facultad de soñar y creo que también la oportunidad de hacerlos realidad, pues él sabe recompensar a cada cual según su capacidad, y al igual que José, utilizará todo lo que se mueva a tu alrededor para guiarte a cumplirlos, pero toma en cuenta que debes tener la fe puesta en Dios y no simplemente en los que están a tu alrededor pensando que solo con ellos podrás lograr tus sueños.
Tal vez estoy en el lugar de los hermanos de José, convirtiéndome en asesino de sueños. Me mantengo matando los sueños de los demás, ya sean espirituales o materiales; Ceño fruncido y dedo señalador: !Eso es un disparate! !Quién te crees que eres?, !Te volviste loco!, !Ahora te metiste a religioso! !Eso no va a funcionar! !Deja eso que eso no sirve! !Eso es imposible, sé realista! etc etc etc sin analizar aquello que te están contando. Date la oportunidad de escuchar y dale la oportunidad a aquellos que te cuentan sus sueños. De repente son una bendición no solo para el soñador sino para tu vida también.
En el otro lado, puede que me comporte como Rubén: aprecio a la persona, lo escucho, le digo que sí, pero me confabulo sin darme cuenta con los demás y termino convirtiéndome en un asesino igual que ellos. Si hay alguien a tu lado que tiene un sueño, anímale y ayudarle. Si ves que hay algo de arrogancia, aconséjale en amor. Si dices que estás preocupado o preocupada por sus ideas y hazañas porque crees que son inalcanzables o tontas, entonces ve al Señor y pídele que le dirija y que abra su ojos y entendimiento, en vez de meterlo en la cisterna vacía.
Que el Espíritu de Dios nos guíe a toda verdad para que podamos discernir y no seamos de desánimo y aflicción a aquellos que nos rodean sino de bendición y fortaleza.