viernes, 17 de junio de 2016

UN MINISTERIO ENCENDIDO POR EL FUEGO

Ven, por tanto, ahora, y te enviaré a Faraón, 
para que saques de Egipto a mi pueblo, los hijos de Israel.
Éxodo 3:10


Moisés pastoreaba las ovejas de Jetro, su suegro, cuando en medio de su labor por el desierto llamó su atención un evento sobrenatural en el monte Horeb.  Este sorprendente suceso lo confrontó con el trabajo que estaba destinado a realizar.  La presencia de Dios se evidenció en la vida de ese pastor de ovejas en medio de una zarza ardiente que no se consumía.  Dios entendía que Moisés ya estaba listo para entregar en sus manos otro ministerio y se valió de un hecho que carecía de toda lógica humana (Éxodo cap.3).

Esa llama de fuego en el monte Horeb nos habla de una poderosa verdad que está íntimamente ligada al llamado de Dios.  Hay ministerios que parecen carecer de toda lógica humana y que así como exclamó Moisés:  "¡Qué cosa tan extraña!"(verso 3) pudieran parecer imposibles y extrañas a ojos humanos.  La visión de la zarza ardiente atrajo la atención de un Moisés inquieto, con una cambiante forma de vida por las circunstancias.  Estaba frente a una zarza que ardía en medio del monte sin consumirse, cuando la lógica indicaba que debería suceder lo contrario.  Dios estaba dando a la vida de Moisés un nuevo giro para recibir un ministerio mucho más grande que lo que lógica humana pudiera comprender.  El mismo poder de Dios se haría presente en el pueblo a través de este hombre quemado por las tantas pruebas en medio del desierto y del trabajo pastoral.

Claro que comenzar a dar esos pasos no era cosa fácil; Moisés tuvo que enfrentarse al Faraón, al pueblo egipcio, pero más aun tuvo que enfrentarse contra su propio pueblo hebreo que, a pesar de que clamaba a Dios por la opresión de los egipcios, no les fue tan fácil entender que de manos de ese hombre heredarían una nueva tierra, tierra en la que además habitaban Jebuseos, Cananeos, Amorreos, Hititas y toda esa gente perversa y despiadada.  ¿Se imagina usted que un hombre aparezca y le diga que Dios le dijo que los lleve a una tierra poblada por este tipo de gente? ¡Difícil de creer ¿no?!  Solo los ancianos le harían caso.

Es grandioso y una tremenda enseñanza ver a través de la vida de Moisés que Dios es quien dispone el  ministerio.  A veces creemos que el ministerio es algo lógico y natural cuadrado por dogmas y principios establecidos que no cambian, sin embargo no siempre sucede así. Solemos encasillar los ministerios a unos cuantos trabajos claves, pero la verdad es que Dios tiene sus excepciones.  Moisés  fue destinado para ser salvaguardado en las aguas, criado en un palacio real, sacado de esa realeza hacia el mismo desierto bajo una experiencia confusa, luego pasa a ser pastor de ovejas y más tarde recibe esa experiencia del fuego para ser un líder que guiaría una multitud hacia una nueva tierra que además estaba ya ocupada.

Simplemente Dios tiene las piezas muy bien armadas.  Muchas veces nosotros no solemos verlas de inmediato.  El pueblo hebrero no lo vio hasta que pasaron generaciones en medio del desierto a pesar de haber visto todos los milagros, sino que cuando la obra finalmente está completa es cuando solemos verla en su plenitud.  Algo lamentable, pero es una realidad. Cuando vemos el cuadro final es cuando solemos decir:  "Verdaderamente  Dios lo sabe todo".

domingo, 5 de junio de 2016

LA CREACION DE DIOS QUE DEBEMOS CUIDAR




La creación aguarda con ansiedad la revelación de los hijos de Dios.
Romanos 8:19


Siempre hemos leído la historia de la creación. Génesis caps.1 y 2 reseñan lo que Dios hizo al ver que la tierra se encontraba desordenada y vacía. Hemos leído tanto estos capítulos que a veces la costumbre nos hace olvidar el vínculo que existe entre esa creación y la gloria de Dios. 

No podemos exaltar la gloria de Dios si no tomamos en cuenta la preservación de su creación. Los cristianos muchas veces nos expresamos sobre el daño propio a la carne, pero pocas veces nos expresamos sobre el daño a la creación de Dios, al medio ambiente.

Hoy es cinco (5) de junio y celebramos el Día Mundial del Medio Ambiente. Cabe preguntar si como creyentes manifestamos una conducta correcta frente a la creación que, por demás, testifica de Dios y su gloria. Menciono a los creyentes porque es el grupo de personas al que más estoy ligada, sin embargo, el llamado a la preservación de la creación es un asunto de todo ser humano.  

Debemos tomar en cuenta el valor que tiene la tierra y los recursos naturales. ¿Puede un hijo de Dios contribuir con el franco deterioro de la tierra? El cuidado del medio ambiente no es una responsabilidad solo de los gobiernos del mundo. Todos los seres humanos estamos llamados a velar por la conservación del medio que Dios ha creado para que vivamos. Es nuestro deber reciclar, no tirar basura alegremente, ahorrar agua y energía, educar y concientizar a otros para poder sostener lo que nos queda. Sin duda alguna, Dios pedirá cuenta a cada persona sobre cómo se condujo frente a su creación. "Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios dispuso de antemano a fin de que las pongamos en práctica" (Efesios 2:10 ). 

Por ejemplo, dejar de pedir las funda pláticas que nos dan en el supermercado es una buena manera de contribuir, ya que una funda plástica tarda alrededor de 400 años en degradarse, algo sumamente ¡alarmante! De hecho, hay países que en sus políticas mediambientales ya no permiten el uso de bolsas de plástico, sino que las personas acuden con sus propios bolsos de tela o guano para cargar los artículos.

Es tiempo de ir cambiando nuestra mentalidad y de dar pasos firmes en favor de la conservación de la tierra que Dios nos ha otorgado. Dios hará un cielo nuevo y una tierra nueva, pero como prueba de nuestra fidelidad nos pide que cuidemos  la que actualmente tenemos. 

En conmemoración a este Día Mundial del Medio Ambiente quiero dejar algunos versos bíblicos que nos invitan a cuidar la tierra y a luchar por mantener la salud de ella:

- Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia
la obra de sus manos. Salmos 19:1

- Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra. Génesis 1:28

- Ahora bien, se requiere de los administradores, que cada uno sea hallado fiel. 1ra Corintios 4:2

- ¡Ah, Señor mi Dios! Tú, con tu gran fuerza y tu brazo poderoso, has hecho los  cielos y la tierra. Para ti no hay nada imposible.  Jeremías 32:17

- Desde el principio tú fundaste la tierra, y los cielos son obra de tus manos.  Salmos 102:25

- Porque todas las cosas proceden de él, y existen por él y para él. ¡A él sea
la gloria por siempre! Amén. Romanos 11:36

- Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los  hijos de Dios. Romanos 8:19

- Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. Juan 1:3

- Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente  visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas  hechas, de modo que no tienen excusa." Romanos 1:20

- Porque también la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios. Romanos 8:21

- Alábenle los cielos y la tierra, los mares, y todo lo que se mueve en ellos. Salmos 69:34

- Todo lo hizo hermoso en su tiempo; y ha puesto eternidad en el corazón de ellos, sin que alcance el hombre a entender la obra que ha hecho Dios desde el principio hasta el fin. Eclesiastes 3:11

DESDE EL CORAZÓN