sábado, 26 de septiembre de 2015

NADA ES TAN NECESARIO COMO CREEMOS


 ... porque Jehová no mira lo que mira el hombre; 
pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, 
pero Jehová mira el corazón.  
1 Samuel 16:7b

"No me vendan nada, no me traigan nada.  No me pidan nada que no sea eminentemente urgente y necesario.  Tardaré un año sometida y someteré a mis hijas a que si no es de vida o muerte.... no lo compraremos" _a esa conclusión llegué luego de conocer el testimonio de una familia misionera que se mantuvo todo un año sin hacer compras y comparar esa experiencia con mi propia realidad de hace unos días.  

Hace 15 años soñaba con tener una gran casa con finos muebles y gran patio.  Con la provisión de Dios y mucho esfuerzo de trabajo que él suplió  pudimos obtener una buena casa.  El lugar donde la adquirimos es una buena zona, muy tranquila, pero apartada, por lo que decidimos hace un año mudarnos al centro de la ciudad, dejando la casa cerrada.  Cuando dejé mi casa tuve un sentimiento de pérdida enorme y no pude llevarlo todo porque eran demasiadas cosas.  Nos mudamos en un apartamento más pequeño y muchos de los muebles y artículos del hogar tuvieron que quedarse. Creo que estaba obrando en mí acerca de los apegos y además  reservó ese espacio para una maravillosa familia que ahora vive en ella.  Lo curioso es que durante todo ese año no eché de menos absolutamente nada de lo que se quedó,  con excepción de un cuadro que un amigo nos regaló y que no pude llevar porque no tenía donde colgarlo.  

Mientras empacaba en las cajas me decía a mí misma:  "¿De dónde salen tantas cosas?".  Realmente se vuelve un trabajo fastidioso el mudarse porque tenemos que decidir sobre cuáles cosas llevar, cosas que nosotros mismos adquirimos y que muchas veces ni las hemos usado.  Ahora me he vuelto a mudar  y me he visto precisada a dejar entre otras cosas mi sofá preferido.  Lo había comprado en una de esas tiendas que uno cree que por adquirirlo allí es lo más valioso que uno compra, sin embargo, solo ahora que escribo la nota rememoro el sofá que ahora está en muy buenas manos.  No lo traje porque no subía por las escaleras del apartamento y era muy pesado, así que hubo que enviarlo el mismo día a un nuevo hogar.  

¿Has visto la famosa serie Dance moms?  Abby Lee Miller, la instructora de baile, dice una frase que tiene mucho de verdad:  "Nadie es imprescindible, todos somos reemplazables".  Ella hace alusión a sus niñas y yo hago uso de la frase para hacer alusión a las cosas:  "Nada es tan necesario como tú piensas, todo está en tu cabeza".    Mientras uno empaca y echa cosas en cajas se da cuenta de que se poseen una gran cantidad de artículos que como mucho se usaron una sola vez.  

¿Te ha sucedido que encuentras en una gaveta una blusa o camisa que compraste con euforia y luego dices:  "Wao, mira esta camisa donde estaba, ni me acordaba de ella".  Es increíble la manera en la que nos dejamos moldear de lo que se vende y de las ofertas de cada día. Nuestra mente fabrica una necesidad que no existe.  He tenido que dejar bastante cosas y luego que nos las tengo me doy cuenta de que realmente no las necesito y aun más ni siquiera me acuerdo de que están ahí.   Sé que eso no  me sucede a mí solamente, si haces el ejercicio de guardar muchas de tus cosas en un armario o closet durante un año te darás cuenta de que tengo razón en esto.  Gastamos el dinero vanamente en artículos que perecen y que se olvidan, sin embargo nos cuesta mucho aportar al menos doscientos pesos para la causa del reino, para comprar una leche a un hermano necesitado, dar 5 pesos al limpia vidrios  o invertir en el conocimiento.  Mi esposo y yo hemos pertenecido al marketing por muchos años y sabemos que la propia mente crea necesidades que no son reales.  Hemos tenido que trabajar mucho esto para no involucrar a nuestros propios clientes en la corriente de adquirir cosas que sabemos no van a darle ningún provecho.

Cuando levantamos nuestras familias sobre la cultura de:  la mejor casa, la mejor ropa, el mejor vehículo, los mejores artículos, los mejores equipos electrónicos, etc., perdemos de vista las cosas más importantes de la vida, aquellas que perduran para siempre.  Nuestra mente se enfoca en ser vistos ante los demás como gente de clase o de alcurnia, y nos volvemos seres arrogantes, inclusive dentro del mismo evangelio. Nos vestimos de humildad, pero vivimos para los demás y no para Dios como solemos decir.  Esa famosa frase:  "Somos hijos del rey, por lo que yo debo verme como príncipe o princesa", muchas veces se convierte en solo una excusa para satisfacer nuestros propios deseos de grandeza y de vanidad.  

Te invito en este día a observar todo lo que posees.  Haz el ejercicio de guardar  cosas por un tiempo y verás que NO LAS NECESITAS REALMENTE.  Luego, sácalas y  envíala a otras personas o familias y deja que Dios te use para bendecir a otros.  No levantes tu familia sobre la base de adquirir cosas diciéndoles "El que nada tiene, nada vale";  levanta tu familia sobre la Palabra de Dios y los frutos del Espíritu Santo:  amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza, pues contra tales cosas no hay ley (Gálatas 5). 

martes, 1 de septiembre de 2015

PRECAUCION E HIGIENE: COSA DE SENTIDO COMÚN


Siempre digo que todo, absolutamente todo lo que está relacionado con la vida  se encuentra en La Biblia.  Muchos versos, aunque no son tan literales, nos dan una luz acerca de cómo debemos conducirnos y a esto no escapa la previsión y la prudencia.  


Hace unos días vi un reportaje en Discovery Home and Health  acerca de un niño que había sido diagnosticado a los cuatro años con asma severo.  Los padres tuvieron que llevarlo al pediatra debido a que se puso morado por la falta de aire en sus pulmones.  Hubo un mal diagnóstico porque doce años después el niño casi muere con una repetición de un episodio bastante severo; el niño había expulsado unas verrugas como cerezas al toser bañadas en sangre .  Un Otorrino  dio con el real problema:  Papilomatosis recurrente en la traquea, una rara enfermedad que provoca el virus del Papilona Humano.  Su traquea se llenaban de verrugas que obstruían el paso del aire provocando que el niño se ahogara, pero por años le habían diagnosticado asma.  

A la madre se le realizó un estudio para verificar si era portadora del VPH, ya que probablemente el niño se había contagiado por el canal vaginal durante el parto.  La madre dio negativo  al virus, por lo que los médicos concluyeron que el niño había adquirido el virus entre el primer y tercer año de edad, seguramente por contacto bucal.   Gracias a Dios, las verrugas, que eran innumerables, pudieron ser extirpadas y el joven reaccionó favorablemente a un tratamiento con un medicamento del alta generación, sin embargo, fue mucho lo que sufrió.  Cada tres meses tenía que ser sometido a una cirugía en su garganta y traquea.  

Como madre me dio mucha pena escuchar el padecimiento de este joven y su familia, ya que con lágrimas abundantes la madre contaba su calvario.  El punto es que al parecer, alguien con el VPH le dio a beber con un vaso usado al bebé que le transmitió el virus.  Inmediatamente recordé lo que establece la Biblia en las leyes de higiene en el libro de Levítico, en los capítulos del 11 al 15 y cómo Dios enfatiza la necesidad de lavar y aislar todo lo que puede extender una infección.  Muchos dicen que esas leyes son de la antigüedad,  pero la ciencia avala lo que establecen esas leyes sanitarias. 

Las madres velamos por la salud de nuestros hijos, pero tenemos que reconocer que muchas veces nos descuidamos.  No quisiera dejar pasar esta oportunidad para recordar esta recomendación.  En el caso del niño fue el VPH, pero puede ser una mononucleosis, una infección por estreptococo, hepatitis, herpes labial,  tuberculosis, meningitis, amebas, giardias etc.  Por la saliva se pueden transmitirse más de 80 millones de bacterias.

La Biblia dice que "todo hombre prudente, obra con conocimiento" (Proverbios 13:16),  Le animo a ser cuidadoso. Sea padre, madre, tío, abuelo, hermano de la congregación, compañero de trabajo, amigo de la familia, nana, etc.,  evite dar de lo que usted bebe a los niños, sobre todo si no son suyos. Evitar que los niños tomen de un mismo recipiente con otros niños es a veces inevitable, pero como adultos debemos utilizar el sentido común y la misericordia a la que Dios nos llama.  Antes de ofrecer algo a un niño de lo que usted ya ha comido o bebido,  pregúntese:   "si fuera mijo, ¿me gustaría que otra persona le diera de lo que ya bebió o comió y traspase su saliva?".  Estoy seguro que si lo ve así de crudo dirá que no.  Así de crudas son las cosas.  La falta de sentido común de alguien alrededor de este niño casi provoca su muerte.  Te animo a poner en práctica estas recomendaciones:

-Nunca se dé por vencido con un diagnostico inicial si usted siente que algo más está sucediendo con  la salud de su hijo (a)
-Lave constantemente sus  manos y la de sus hijos al darles algo de comer.
-No permita que otras personas le den a beber de su vaso o de comer luego de haber saboreado (barquillas, paletas, etc).
-Mantega las vacunas de sus hijos al día.
-No permita que le besen a sus niños constantemente (personas exageradas que lo llenan de saliva).
-Si usted padece de algún problema de salud, evite  besar con  frecuencia
 y mucho menos lo bese en la boca.
-Siga las instrucciones de aseo e higiene personal.
-Sea precavido, aunque no obsesivo.  Confíe en el Señor.

Recuerde:  "El que pone atención a la palabra hallará el bien, y el que confía en el SEÑOR es bienaventurado" (Proverbios 16:20).


DESDE EL CORAZÓN